Entre preguntas y respuestas digitales,
en Latinask se forjaron lazos virtuales.
Brisa, la dueña, con mano diligente,
guiaba con esmero la red ardiente.
...
Mas un día, la parca, astuta y valiente,
se presentó en su puerta, con aire doliente.
"Pido permiso, Brisa, para llevarme
a Latinask en mi barca, y así desplegarme."
...
Brisa, valerosa, con mirar de acero,
rechazó a la parca, luchando altanero.
"Latinask es mi legado, no te lo entrego,
con amor y coraje, mi deber protejo."
...
En duelo titánico, la parca y Brisa,
se enfrentan sin tregua, en lucha precisa.
La red se estremece con fuerza y pasión,
Brisa defiende su amada devoción.
...
En el choque final, con ímpetu rudo,
Brisa se impone, con alma y escudo.
La parca se rinde, acepta su derrota,
Latinask pervive, su llama rebrota.