A los que se fueron demasiado pronto..., pero su presencia será eterna.
A los que nos dejaron sin querer marcharse..., pero ya era tiempo de trascender.
A los que ya no sabemos si lo que queremos es abrazarles, que nos abracen, o soltarles, o que solo regresen un instante.
A los que brillan cada noche allí arriba, pero más en el corazón.
A los que están en nuestros sueños de noche y día también.
A los que tuvimos que decir adiós sin querer, sin esperarlo.
A los que nos dejaron huella, momentos y recuerdos inolvidables.
A los que nos hacen soltar una lágrima al pasar por ese lugar especial, al escuchar una canción, o al mirar una imagen.
A los que nos dejaron un poco más solos, aunque no se hayan ido del todo, ya que aún caminan a nuestro lado.
A los que nos dejaron miles de cosas por decir.
A los que serán siempre, aunque no vuelvan nunca.
A los que un día esperamos volver a ver, en ese cielo, en esa vida y poder agarrarles fuerte, y no soltarles. Y decirles siempre: ¡Gracias, gracias, gracias! Te amaré por siempre.
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