Voy a empezar a irme de a poco. Tal vez así no nos duela.
Me iré un poco hoy y otro poco mañana, es probable que regrese el martes, pero el jueves habré avanzado otro tanto hacia tu olvido.
Y conforme pasen los días, irás borrando mi risa de tu agenda, mis “te amo” empezarán a empolvarse y a quedarse arrumbados, junto a la alacena.
Los besos interminables, que soñamos eternos, empezarán a perder su frescura, y al calor de mis brazos, le llegará el invierno de golpe.
Llegará el día en que ya no te haré más falta, en que hayas aprendido a mirar otra voz, a escuchar otro olor, a hablarle a otro cuerpo. Entonces sabré que me habré ido del todo.
¡Sabré que estarás bien..!
Qué importa que la mitad de mi alma, se haya quedado extraviada, que no encuentre el camino de vuelta.
¿De qué nos hubiera servido la calma si no pudimos salvar la tormenta?
ZàiL.
.