Por amor.
Pero no se puede amar a quien no conoces, entonces, por conocimiento.
Igual, ya sea un matrimonio civil, o uno religioso, al menos en el católico, siempre se pregunta ¿Estás aqui por tu propia y libre voluntad? Y más de alguno habrá dicho que no.
- ¡Oh! Hermosa religión católica, si eres tan despreciada es porque no eres conocida. - San Agustín de Hipona.