Frank, soy un cristiano católico (que es el único cristiano que hay). Y lo soy por convicción.
Antes, joven, no era ni chicha ni limonada, aunque me decía católico, pues crecí en un hogar católico, pero después de que hice mi Cursillo de Cristiandad, allá por el año 1979, mi vida cambió, no totalmente porque siempre sigo siendo un pecador, pero sí en cuanto a la entrega y más dedicación a las cosas de Dios.
Saludos amigo.