No te pelees con la familia, por un ladrillo o por un pedazo de tierra, porque el día que estés muerto, no te llevas nada.
No seamos hipócritas, egoístas, lengua suelta, que todo da vueltas...
Hoy, quizá no necesitarás, pero no sabes qué es lo que pueda pasar...
Como dicen, hoy estás arriba, y mañana no sabes si caerás.
Sé humilde y no envenenes a los demás, que en algún momento te sirvieron o te servirán.
Reflexiona, que aún estas a tiempo.
Dios es sabio y por más que te golpees el pecho, Él sabe lo que haces, lo que hablas y piensas.
.