En realidad mi fobia no podría precisarla, pero sí una fobia jungiana, esa donde se me caen los dientes y trato de volver a ponerlos en su sitio. Supongo que es raro que siendo yo tan fálico-freudiano no sueñe que me castran (sueño que jamás he tenido, por cierto). De todos modos los psicoanalistas sabrán más de mis propios sueños que yo mismo, aunque yo pueda saber más de todos los psicoanalistas del universo que ellos mismos. Ni modo, la vida está llena de peligros así.