Con los años vamos perdiendo la inocencia, que no es otra cosa que la sabiduría que nos regaló Dios.
PRIMERA HISTORIA: Al autor y orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado en un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño mas cariñoso. El ganador fue una niña, amiga de un vecino, cuya esposa había fallecido recientemente. La niña, al ver a su vecino llorar en el patio de su casa, se acercó y se sentó en su regazo. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho al vecino, la niña le contestó: "Nada, sólo le ayudé a llorar".
Amigos, ojalá y nunca perdamos la inocencia.
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