Jesús, al resucitar, removió la piedra y salió de su sepulcro. Esa piedra no pudo retenerlo.
Así que te repito la pregunta: A ti, ¿cuál es la piedra que no te deja salir de tu sepulcro?
Y es que te lo pregunto, porque hay muchas piedras que llevamos en el corazón y que es preciso remover.
Estas piedras pueden ser: El odio, el resentimiento, la impureza, el malgenio, el rencor, la vanidad, el orgullo, la injusticia, la violencia, las malas palabras, la pornografía, las modas inmorales, el sexo desenfrenado, la venganza, las drogas, el licor, la envidia, el egoísmo, la prostitución, las habladurías, el chisme, la calumnia, el adulterio, el aborto, la pereza, los miedos, los complejos, la tristeza, la depresión y otros más…
Así que amigo mío, dile a Jesús resucitado, que así como Él lo hizo, también te ayude a remover esas piedras que llevas en tu corazón y que no te dejan salir de tu sepulcro, para que resucites a una nueva vida con Él.
.