Dicen que solos llegamos y solos nos vamos.
Pero para mí, eso no es verdad.
Cuando nos vamos, nos vamos cargados de recuerdos, de risas, de besos y abrazos.
Cuando nos vamos, nos vamos con las manos llenas de experiencias, con la boca atiborrada de sabores y con la mente rebosante de conocimiento.
No, no nos vamos solos, porque el día en que partimos, un pequeño trozo de los que nos amaron, se muere con nosotros.
.