La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La justicia sin amor, te hace implacable.
La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La verdad sin amor, te hace hiriente.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te hace indiferente.
La ley sin amor, te hace dictador.
La política sin amor, te hace ególatra.
La fe sin amor, te hace fanático.
La convivencia sin amor, se vuelve tortura.
Y la vida sin amor…, no tiene sentido.
.