Definitivamente estamos mal en Costa Rica. Ya no les podemos decir nada a las mujeres.
Trabajaba en una tienda de ropa, y una señorita me preguntó: ¿por qué la falda cuesta 10 y el calzón 30? Yo le respondí: Si gusta le subo la falda y le bajo el calzón. Y zaz, a la Comisaría por acoso sexual.
Pero es el colmo. Fui al Terramall, a solicitar un plan telefónico, y la señorita me ofreció internet. Entonces le pregunté ¿cuánto por un trío? (teléfono, televisión, internet), y otra vez a la Comisaría.
Pero luego el colmo. Voy a una fotocopiadora y le digo a la señorita: ¿cuánto por los dos lados? Y otra vez a la Comisaría, acusado de acoso sexual.
Hace un par de días, me preguntaron dos señoritas: ¿Señor, qué hora tiene? Y le respondí: Tengo un cuarto para las dos. Y nuevamente fui a parar a la Comisaría.
Antes de ayer, vino la secretaria de la Dirección a mi Oficina y se le apagó su celular, por batería baja. Yo por buena gente, le pregunté: ¿Se lo enchuflo?, y zaz, otra vez a la Comisaría.
No, no sé qué voy a hacer, pues ayer, seguí con la mala racha, pues iba en el ascensor y se subieron dos chicas. Por ser amable les pregunté: ¿a cuál piso? Y nuevamente fui citado al Juzgado por acoso.
Finalmente, ayer, fui al mercado y le pregunté a la frutera: ¿cuánto por un mamey? Y terminé preso. Ahora, ni la fruta se puede comprar.
¡Qué barbaridad. Sí que estamos mal en Costa Rica..!
Jajajajajajajajajajajajá.
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