Antes, cuando tenía que trabajar, compraba a menudo, y siempre eran de color negro, gris y café, porque de esos colores eran mis pantalones (recuerda que tus zapatos deben de ser del mismo color de tus pantalones, aunque ahora, con esas modas juveniles, de andar todos rotos, wácala).
Pero ahora que estoy jubilado, tengo por lo menos unos diez o quince años que no compro zapatos, pues casi ni los uso.