Amigo, te lo pregunto, porque para mí:
QUERER no es hacer grandes declaraciones, sino que es decir o hacer cosas sencillas y sin especial motivo, como por ejemplo: ¿Quieres un café? ¿Estás cansado? ¿Puedo hacer algo por ti? Una llamada telefónica, una carta, una pequeña sorpresa, una cariñosa invitación, un paseo juntos…
QUERER es mirar al otro con los ojos del corazón, con los ojos del alma, pues recuerda que la palabra puede engañar, pero la mirada nunca miente…
QUERER es, simplemente estar ahí, no solo con el cuerpo, sino con el alma. Es decir “te quiero”, pues ¿por qué esperar a que una persona muera para decir que se le quería?
QUERER es no juzgar, no criticar, no condenar. Es ser capaz de decir: “si hubiese estado en tu lugar, no lo habría hecho mejor”. Es poder decir sin envidia: “Es estupendo lo que has hecho”.
Y es que sí, QUERER es tan sencillo como eso. No es nada complicado. Pero si no sentimos amor, nos falta todo en la vida.
Cuando uno tiene el privilegio de QUERER y de SER QUERIDO, la vida es extraordinaria. El calor que irradia, es la luz que invade el alma y hace brillar los ojos…
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