Y un día..., me sorprendió, una frase: ¡Ya no tienes edad! Y no entendí...
Entonces, pregunté a quien me cuestionó: Perdón, ¿no sé a qué te refieres?
Y con una firmeza total, me respondió: ¿Es que no comprendes? Ya no tienes edad: para bailar, para vestirte así (muy joven), para escuchar música, para estar conectado a las redes sociales, para esa forma de caminar, para reírte a carcajadas, para hacer locuras y muchas cosas más.
Y ahí, entré a mi cuerpo y ví mi alma... Me dieron tanta fuerza, que tomé coraje y respondí: ¿Sabes?, que yo sepa no existe ninguna enciclopedia que me indique y manifieste cómo debo comportarme y a qué edad...
Sí, es verdad que tengo unas cuantas décadas, hermosamente ganadas a la vida. Pero soy educado, respetuoso, etc... ¡Soy libre y feliz! Me visto y conduzco por mis tiempos, con alegría, soltura, elegancia, naturalidad...
Y ¡sí...! Tengo la edad, la hermosa edad, para disfrutar, la madurez, ¡como quiero y donde quiero!
¡Porque puedo y porque me da la regalada gana..!
.