Una señora de ochenta años, tuvo una cita con un señor de ochenta y cinco años.
Al regresar a casa, su nieta le preguntó, cómo le había ido, a lo que la abuela le contestó:
¡Tuve que darle una bofetada! Y la nieta le pregunta: ¿Por qué? ¿Se quiso propasar contigo?
No, al contrario: pensé que se había muerto... Jajajajajá
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