Cuando me llames flojo, cuando me llames exagerado, cuando pienses que soy negativo, cuando digas que no puede doler tanto.
Te presto mi cuerpo... Cuando te desesperes de no verme sonreír, cuando no entiendas por qué no puedo dormir, cuando quieras llevarme a otro médico más y yo me niegue, cuando me veas acostado, sin ganas de continuar.
Te presto mi cuerpo... Cuando creas que solo quiero atención, cuando pienses que tal vez no es tan malo como lo describo, cuando me veas llorando, cuando pienses en dejarme solo.
Te presto mi cuerpo... Te lo presto un solo día, para que llegues a sentir, esas ganas de dormir para siempre.
Te lo presto solo un día, porque no quiero que sientas esa súbita depresión profunda.
Te lo presto solo un día, porque no quiero ver en tus ojos, como se marchita tu vida.
Te lo presto un solo día, para que aprendas a sentir empatía, para que veas la vida con las ganas de exprimir cada segundo del día, para que aprendas a disfrutar hasta lo más mínimo con la familia.
Te lo presto un día, para que llenes tu alma de recuerdos felices, con amigos y la vacíes de momentos amargos e insípidos.
Te lo presto un solo día, porque con ello, aprenderás lo que es la fortaleza, porque con ello sabrás lo que realmente cuesta, porque con ese solo día, podrás entender que soy un guerrero.
Te lo presto un día, porque así sabrás el valor de un día bueno, el valor de tus manos, de tus pies, de tu espalda.
.