COMO TANTAS PÁGINAS, LATINASK UTILIZA COOKIES SI CONTINÚAS NAVEGANDO, SIGNIFICA QUE ACEPTAS ESTA CONDICIÓN
+1 voto
18 visitas
preguntado por Semipesado (388k puntos) en Misterios

El camino de Felipe Carrillo Puerto a Valladolid, tiene una duración de dos horas, un camino sinuoso, estrecho y sobre todo, poco transitado de noche.

En aquella ocasión, a Idelfonso le había tocado recorrer ese camino, llevando el autobús de una empresa conocida de auto transporte de tradición, en la Península de Yucatán.

Aquel día, Idelfonso no pensaba en nada más que cumplir su ruta, así que, el 31 de octubre a las 8 de la noche partió con algunos pasajeros de Chetumal hacia Carrillo.

Al llegar a su primer destino, todos ellos descendieron y al parecer, tendría que continuar su ruta solo.

No era de extrañar. En ocasiones viajaba solitario. Era parte de su faena, y no le incomodaba, ni le molestaba.

Al salir de Carrillo, puso un poco de música. Continuó así por varios kilómetros, hasta llegar a la frontera con Yucatán.

A lo único que le tenía miedo Idelfonso era a ser asaltado, pero sin embargo, no podía más que hacer su trabajo.

Al llegar a un poblado, casi a la mitad de la nada, una mujer le hizo parada. Él no desconfió, de pie bajo una lámpara y con algunas casas a su alrededor que tenían la luz encendida, no parecía peligroso.

Una vez la mujer subió abordo, deseado las buenas noches, preguntando hacía donde se dirigía, éste emprendió la marcha de la unidad. Al parecer, aquella mujer viajaba hacía un paraje cercano a Chichimilá. Él no se inmutó, tampoco hizo plática a aquella misteriosa mujer.

Continuó avanzando. La media noche se acercaba a su inicio y pronto llegaría a su destino, la Ciudad Colonial de Valladolid.

En medio de la oscuridad que se ceñía sobre el camino, escuchó la voz de la mujer: Aquí me bajo, pero, al levantar la vista, no pudo creer lo que observó.

Mirando en el retrovisor, vio a la mujer que subió kilómetros atrás, con un rostro blanco. Cayó en la cuenta que era un cráneo humano, sin carne, sentada en el primer asiento.

Idelfonso quedó atónito, deteniendo la marcha y casi petrificado, abrió la puerta. Aquella mujer descendió por las escaleras, y con una voz casi inaudible le dijo: Gracias, hace tiempo que quería llegar a casa, en donde me esperan para comer juntos. Y de pronto se desvaneció, en la oscuridad de la noche.

Recobrado la calma, y casi al borde de un ataque de pánico, Idelfonso no le quedó más remedio que continuar su camino. (Tomada de la Webb).

.

1 Respuesta

+1 voto
respondido por Supermediano (287k puntos)
seleccionada por
 
Mejor respuesta

Muy conosida por estos rumbos amigo!

                                       .

.

.


image

comentado por Semipesado (388k puntos)
Me imagino que sí

 Gracias Kent







474 En línea
0 Miembros y 474 Invitados
Visitas de hoy : 6247
Visitas de ayer : 25256
Total de visitas : 33653675