LA FÁBULA DEL RATÓN Y LA RANA:
Cierta vez, un ratón de tierra, bastante inocente, se hizo amigo de una rana, para desgracia suya.
La rana, que era bastante cruel, inmediatamente pensó en burlarse del roedor y lo convenció para atar su pata a su propia anca, con la excusa de que así se convertirían en inseparables.
Atados los dos por las patas, emprendieron primero la marcha por tierra, para comer trigo.
Pero luego se acercaron a la orilla del pantano, donde la rana, sin dudarlo ni un segundo, dio un gran salto, arrastrando hasta el fondo al pobre ratón, y se puso a retozar felizmente en el agua, sin pensar en la suerte de su amigo.
Mientras croaba y reía alegremente, el desdichado ratón, hinchado de agua, se ahogó, quedando a flote, atado a la pata de la rana.
En eso, un milano (ave rapaz), que pasaba por ahí, vio al ratón flotando y, de inmediato, lo agarró con sus garras, arrastrando con él, para su sorpresa, a la rana encadenada, quién también sirvió de cena al milano.
MORALEJA: Como le sucede a la rana de esta fábula, ten siempre presente que toda acción que se hace con intenciones de maldad, puede terminar en contra del mismo que la comete.
La crueldad y las burlas hacia otras personas, al final se terminan pagando muy caras.
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