Quien se puede imaginar a Dios buscando casa, buscando un lugar, pidiendo posada para la noche pasar. Pero así fue.
Después de mucho caminar y mil puertas tocar, un hombre justo y una mujer a punto de alumbrar, tocan la puerta de la última oportunidad, no hay cuartos de lujo, total no lo pueden pagar, no hay espacio y mucho menos con cama adicional.
¡Dios, cuántas veces te lo habremos dicho, sin pensar, que no hay espacio en nuestras almas, que no hay lugar..!
Solo quedaba una cueva, con una camita de paja, donde al nacer el niño lo pudieran colocar, y así fue. El más humilde de los lugares, esa noche recibió al que es la Eternidad.
El Rey de los reyes nació. El más libre, el más rico, el más grande, en un pesebre del portal.
¡Quién se puede imaginar a Dios buscando casa, buscando un hogar, buscando un lugar. Pero así es..!
Después de siglos y de eternidades, de mil puertas tocar, hoy, ese mismo Niño, Hijo de la Bella Dama y del Espíritu, toca tu puerta, dándote de nuevo la mejor oportunidad.
Hoy, Él vuelve a insistir, aunque a veces parece que no hay lugar, que no hay condición. Y es que Dios quiere volver a nacer, "pero ésta vez en el pesebre de tu corazón".
Amigos: Desde ya, de parte mía y de toda mi familia Vega Avila, les deseamos, una muy feliz Navidad.
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