Mi querido y precioso Jesús:
Yo no quería tomar tu lugar. Yo sólo quería dar juguetes y cosas que trajeran mucho amor y alegría.
La gente me da las listas de deseos y esperan que se hagan realidad; pero Tú escuchas las oraciones del corazón y conoces sus pensamientos y necesidades más profundas.
Los niños tratan de ser buenos y paran de llorar cuando estoy por llegar a sus casas; pero Tú siempre eres bueno conmigo y con todos, y siempre nos regalas una sonrisa y limpias nuestras lágrimas.
Yo les dejo sólo una bolsa de juguetes y alegría temporal, pero Tú dejas un corazón lleno de amor.
Tengo un montón de seguidores y lo que uno podría llamar fama; pero yo nunca curé a un ciego o a un cojo, ni reviví muertos, como hiciste Tú.
Tengo rosadas las mejillas y una voz llena de risa; pero no tengo clavos ni cicatrices en mis manos, o la promesa de otra vida, como tú.
Tú puedes encontrar varios como yo en las ciudades o en un centro comercial; pero sólo hay un Omnipotente como Tú, para responder, acoger y consolar a un pecador que lo llama.
Por lo tanto, mi querido y precioso Jesús, me arrodillo aquí para orar; para adorarte y acompañarte en tu cumpleaños. ¡Feliz cumpleaños mi Jesús..!
Atentamente;
Santa Claus (Papa Noel o San Nicolás). Obispo católico.
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