Al bendecir, se crea un escudo de luz, de protección divina sobre la persona a la que estás bendiciendo. Es conexión divina. De allí la importancia de bendecir siempre con amor.
Bendice tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos, todo lo que haces, tu dinero, sea mucho o poco.
Detente un segundo y bendice a la persona que está cerca de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y verás que hay un ligero cambio en su rostro.
Bendice tu cuerpo sin importar que en este momento esté enfermo o sano. Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón, para que esté sano.
Bendice tus relaciones, sin importar si te encuentras solo, porque tú mismo te complementas.
Bendice tu trabajo, te paguen poco o te paguen mucho, porque al bendecirlo lo llenas de luz divina y de esa forma te estás preparando para algo mejor.
Tienes derecho a cosas maravillosas, sólo tienes que creerlo y sentirlo. Así que adelante, bendícete. Bendice tu existencia, sin importar que haya habido experiencias dolorosas. Eso simplemente son los escollos para superar y crecer.
Yo bendigo mi vida, mi hijo/a, mi familia, la tierra y la existencia entera. Y a ti te bendigo tu corazón, tu camino, tu vida, tu salud, tu matrimonio, tus hijos, tu hogar, tu familia, tu trabajo, tus finanzas, tus proyectos. Que así sea.
.