En la noche más fría del año, Lukas lleva a su hermana de 12 años, Bianca, sentada en sus hombros. Los dos caminan cerca de una verja. Al otro lado de la verja hay un antiguo hospital. Bianca mira las ventanas iluminadas del hospital y dice: Lukas está justo allí. ¿Ahí dónde? En el tercer piso, es allí donde está el lugar. Será difícil, pero intentaremos llegar allí.
Lukas baja a su hermana de sus hombros al suelo, luego saca un alicate de su bolsillo y corta parte de la cerca. Luego, su hermana pasa por el agujero de la cerca gateando, él también pasa y la coloca de nuevo en sus hombros.
Escuchan ladridos y al mirar a un lado, ven a dos perros acercándose. Bianca, que llevaba una pequeña mochila rosa, saca dos trozos de carne de la mochila y los arroja a los perros hambrientos. Los perros pelean entre sí por los trozos de carne, y los dos hermanos siguen su camino hacia el interior.
Lukas rompe un candado que estaba en la puerta trasera del hospital. Luego entran y van directo a las escaleras, un escalón a la vez hasta llegar al segundo piso. En el segundo piso, entran en una habitación. Minutos después, salen disfrazados: Lukas vestido como un conserje, llevando un carrito con ropa sucia. Y Bianca está dentro del carrito, en medio de todas esas sábanas.
Caminan por el pasillo, cuando se acercan dos guardias. Uno de ellos dice: Pueden detenerse ahí, sabemos que están invadiendo el hospital. Vimos todo por las cámaras de seguridad.
Los dos policías se acercan, entonces Lukas mete las manos en los bolsillos y grita desesperado: ¡Deténganse! No den un paso más o me disparo en la cabeza. ¡Lukas, no!, dice su hermana desesperada. Solo queremos una oportunidad, solo una única oportunidad, dice Lukas desesperado, con las manos temblando.
¡Maldición! Llamen al director Carlos ahora. Tenemos un gran problema aquí, dice el guardia, hablando por la radio.
Minutos después, aparece el director del hospital, el doctor Carlos. Se coloca frente a los hermanos y dice: Está bien, manténganse tranquilos. Díganme, ¿por qué vinieron aquí? Mi hermana y yo escuchamos que en el tercer piso de este hospital hay una habitación que puede curar cualquier enfermedad, esta habitación se llama "la habitación de los milagros". El doctor se sorprende y luego hace una cara triste. Está bien, ¿quién está enfermo? ¿Eres tú, joven? No, es mi hermanita. Tiene una enfermedad terminal y está muy mal. Lukas toma a la niña y la coloca en sus hombros. La niña estaba pálida y muy delgada, parecía estar somnolienta. Bien, baja ese arma y ven conmigo. Los llevaré a la habitación de los milagros, dice el doctor.
Tiempo después, caminan por el pasillo del tercer piso. El lugar estaba lleno de polvo y telarañas. Hacía mucho tiempo que ese piso había sido desactivado. El doctor se detiene frente a una puerta llena de candados. Abre tranquilamente un candado a la vez y luego abre la vieja puerta que cruje al abrirse. La habitación estaba llena de polvo, las ventanas tenían sus cristales rotos y la luz de la luna entraba por ellas. Lukas levantó una silla rota que estaba en el suelo y colocó a su hermanita en ella.
El doctor habló: Esta es la habitación de los milagros. ¿Y cómo funciona, doctor?, preguntó Lukas, rascándose la cabeza.
Ahí está el problema, no funciona. Esta ala del hospital solía ser donde estaban los pacientes en estado terminal. Un día, una de nuestras enfermeras le dijo a un paciente que se estaba muriendo que si entraba en la habitación de los milagros, se curaría. Entró aquí y en los meses siguientes se curó, pero eso fue solo una mentira para que no abandonara el tratamiento. Esta habitación no tiene ningún poder, chico. Lamento mucho por tu hermana.
Lukas lloró copiosamente, y cuando miró a su hermana, estaba con los ojos cerrados. Luego se dio cuenta de que algo estaba mal. Y comenzó a balancear su frágil y delgado cuerpo, pero ella no respondía, entonces se dio cuenta de que ella había muerto. Chico, irónicamente, ella murió tan pronto como se enteró de que la habitación de los milagros es una mentira, dijo el doctor triste. ¡No!, gritó Lukas, mientras golpeaba la pared.
El cuerpo de la niña estaba iluminado por la luz de la luna, parecía una muñeca de porcelana. Sus ojos se abrieron lentamente, su rostro pálido se volvió rosado, luego habló suavemente: Lukas. Lukas incrédulo, miró a su hermana y dijo: ¿Bianca, estás bien, estás viva? La niña se levantó y ya podía caminar, abrazó a su hermano, que ese día comenzó a creer en milagros.
El doctor incrédulo dijo: Esto es imposible. Esta habitación es una estafa. No señor doctor, es real. La habitación de los milagros existe y está en el tercer piso de este hospital. Utiliza nuestra fe como combustible, dijo Lukas, llorando de alegría y con una amplia sonrisa en su rostro.
"Mi padre siempre decía que la fe puede mover montañas, pero en el caso de Lukas y su hermana, convirtió una mentira en una verdad."
(Autor: Pesadilla Nocturna).
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