No considero aislamiento el tener que quedarme en casa, con quienes amo. El aislamiento es lo que están viviendo los enfermos graves.
Deja de decir que estás aburrido, molesto, porque no puedes salir de casa, mientras que todos los que están en el Hospital, quieren irse a casa.
Entonces, más bien agradece a Dios si tienes que quedarte en casa, pues a pesar de todo, con dinero o sin dinero, con un trabajo o sin trabajo, con mucho o poco, estás en el mejor lugar que podrías estar: en tu casa, rodeado de tu familia.
Y si estás solo, invita a Dios para que ocupe ese lugar. Por algo te tiene solo en casa: para que eleves tu rostro.
Quizás sea hora de transformar tu hogar, en un lugar maravilloso para quedarse, un lugar de paz y no de guerra, de abrazo y no de distanciamiento.
De todos modos, mira con otros ojos, la situación que estás viviendo y aprende de ella.
HAZ DE TU CASA, UNA FIESTA: Escucha música, canta, baila. Y si tienes una gran carga en tu corazón, entrégala a Dios, que Él se hará cargo y te hará descansar.
HAZ DE TU CASA, UN TEMPLO: Ora, adora, pregunta, engrandece, alaba, agradece a Dios.
HAZ DE TU CASA, UNA ESCUELA: Lee, escribe, dibuja, pinta, estudia, aprende, enseña.
HAZ DE TU CASA, UNA TIENDA: Limpia, ordena, organiza, decora, etiqueta, mueve de lugar, recicla, dona.
HAZ DE TU CASA, UN RESTAURANTE: Cocina, come, prueba, crea recetas, cultiva especias, planta un huerto.
EN FIN, HAZ DE TU CASA, DE TU FAMILIA, UN LUGAR DE AMOR.
Conviértete en un instrumento de paz, durante este tiempo de cuarentena. Mira con los ojos del amor de Dios, y recibirás amor. Transmite paz en tu entorno.
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