Tenía, pero ya repartí lo poco que tenía, entre mis hijos. Dicen que casa de herrero, el cuchillo es de palo, y en mi caso así no fue. Como Abogado que soy, sé lo caro que vale una mortual, así que mejor, repartí lo que tenía, en vida, para que luego mis hijos no anduvieran en carreras, viendo a ver dónde cogen dinero, para pagarla.
Saludos amiga.