¿QUÉ PASAAAAAA? ¡YA BASTAA!
Quiero que alguien me abra la puerta para que pueda pasar, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, que me dé serenatas en la ventana.
Si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar, ¿para qué había que demostrárselo a ellos? A ver, ¿para quéeeeeeee?
¡Ay Dios mío! Son las 6:30 de la mañana y tengo que levantarme.
¡Qué fría está esta solitaria y grandísima cama...carajos!
Quiero que un maridito llegue del trabajo, que se siente en el sofá, que disfrutemos de una cena juntos, que me haga sentir mujerrr..., porque descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera que atragantarme con un sandwich y una Coca-Cola light, mientras termino el trabajo que me traje a casa, para variar.
No, mis queridas colegas, inteligentes, realizadas, liberadas y… abandonadas. Estoy hablando muy seriamente: RENUNCIO A MI PUESTO DE MUJER MODERNA.
(Sin caritas, porque me lo envió una mujer).
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