¿POR QUÉ, DÍGANME, POR QUÉ, LA LIBERACIÓN FEMENINA?
Con ella, la que sólo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los machos... Miren el tamaño del bíceps de ellos y miren el tamaño del nuestro.
Estaba todo muy claro: Cada quien en su sitio y así desde Adán y Eva...
Liberación femenina...esto no iba a terminar biennnnn, claro que nooooooo.
No aguanto más eso de ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba, pero con bubis y trasero durito y bien parado, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, además de morirme de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, así como maquillarme impecablemente.
Cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas, que las canas son peor que la lepra; elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios, no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo.
Tener que resolver la mitad de las cosas por el celular, instalarme todo el día frente a la PC trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, que además ni son mis pinches problemassss.
Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, porque para llorar de amor, ni tiempo hay).
!Y mira que teníamos todo resuelto..!
Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, sin hablar del currículum impecable, lleno de diplomas, doctorados y especialidades. Nos volvimos “súper mujeres”, pero seguimos ganando menos que ellos y de todos modos nos dan órdenes estos cabroness… (continuará...).
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