El sacerdote, en una boda, preguntó si alguien tenía algo que decir, concerniente a la unión de los novios.
Era el momento de levantarse y hablar, o callar para siempre.
El momento de profundo silencio, fue interrumpido por una joven y hermosa mujer, que llevaba cargada una criatura. Ella comenzó a caminar lentamente hacia el frente.
Todo se transformó rápidamente en un caos. La novia abofeteó al novio, la madre del novio se desmayó, los padres de la novia estaban furiosos, los invitados cuchicheaban, los testigos de la boda se echaban miradas angustiadas, pensando cómo podían ayudar a resolver la situación.
El sacerdote, con cierto nerviosismo, le preguntó a la mujer: ¿Nos puede decir por qué ha venido usted al frente? ¿Qué es lo que tiene que decir?
Y la mujer respondió: Es que allá atrás no se escucha lo que hablan, y me vine acá, para adelante, para escuchar mejor. Jajajajajá.
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Jajajajajajajajajajajá.