Solo Tú, oh Dios de amor y misericordia, puedes cambiar nuestra realidad.
Solo Tú, puedes transformar nuestro corazón, endurecido por las circunstancias de la vida.
Tú eres el motivo fundamental, que le da razón a nuestra existencia.
Definitivamente, lejos de Ti, no podemos alcanzar nada. Los sueños se desvanecen. La esperanza se pierde. La alegría se transforma en dolor. Las crisis se incrementan. Y la tristeza nos asfixia.
Ven en nuestro auxilio y ayúdanos a buscar Tu Presencia, cada día, para fortalecer nuestro espíritu con tu palabra, que es viva y eficaz.
En Ti, Amado Dios, siempre seremos más que vencedores. Tú eres nuestra meta a alcanzar. Amén.
.