A veces no medimos, lo que con las palabras se puede herir.
He aprendido a callar, pues es mejor el silencio, que causar una herida.
He visto la ignorancia salir, del que pretende saberlo todo.
Causar una herida, sin verla sangrar y esas hemorragias internas, que se convierten en odio y en rencor.
No quiero sentir eso, ni ser causante de tal dolor.
Con palabras y con hechos, se construye o se destruye.
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