Cuando estemos alejados de tu mirada: ATRÁENOS, SEÑOR.
Cuando perdamos nuestro rumbo: GUÍANOS, SEÑOR.
Cuando brote en nuestro corazón la tristeza: CONSUELANOS, SEÑOR.
Cuando experimentemos el cansancio del día: RENUEVANOS SEÑOR.
Cuando nos encontremos débiles y sin fuerza: FORTALECENOS, SEÑOR.
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