Nunca permitas que las palabras te enojen. Desvíalas, neutraliza su poder.
No les des a los demás, poder sobre ti, para hacerte daño o controlarte, a través de las palabras que hablan.
Las palabras solo tienen el poder que uno les da. Así que mantén la calma, mantén el equilibrio.
Tu calma y equilibrio, causará a tu oponente el perder su calma y su equilibrio. Y así, debilitado, tu oponente es fácilmente derrotado
Domina tu propia lengua, cuida tu lengua, que en eso, la sabiduría se une a la acción y crea paz.
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