Cuenta la leyenda, que una serpiente perseguía a una luciérnaga para devorarla. El pequeño insecto hacia hasta lo imposible para huir de la serpiente. Durante días fue una persecución intensa.
Después de un tiempo, la luciérnaga cansada, exhausta, se detuvo y le dijo a la serpiente: ¿Te puedo hacer tres preguntas? La serpiente respondió: No acostumbro a dar concesiones, pero como de todos modos te voy a comer, ¡adelante, hazlas!
Pregunta # 1: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? ¡No!
Pregunta # 2: ¿Te he hecho algo? ¡Nada en absoluto!
Pregunta # 3: Y entonces, ¿por qué quieres comerme? ¡Porque brillassss!
MORALEJA: En muchas ocasiones te encuentras con personas que sólo te van a criticar, condenar, etiquetar, aunque nunca les hayas hecho cosa alguna y seas una persona cordial con ellos. Y todo eso, es porque al igual que la luciérnaga, tienes tu brillo propio, iluminas tu camino y el camino de muchos que vagan por la oscuridad.
Brillas más que los demás, al igual que una luciérnaga, por las noches, y eso, es algo difícil de soportar por otras personas, porque ellas carecen de esa luz interior, ese brillo propio y les duele tu brillar, les da envidia…
Son personas enfermas, contaminadas y que solo viven en la “infelicidad” Así que aléjate de ellas.
Nunca dejes de ser quien eres, de iluminar con esa luz tan muy tuya, aunque esto moleste a esas personas que viven en la penumbra total.
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