Apuramos el paso.
Apuramos el trato con los demás.
Apuramos el trabajo, la comida, el café.
Apuramos las caricias y las sonrisas.
Vivimos apurados, ¿y para qué tanta prisa, si todo se va a realizar en su momento justo?
En este mundo todo tiene su hora. Hay un momento para todo cuanto ocurre: Un momento para nacer y un momento para morir,
Caminemos despacio y sin pausa, admirando y respetando la maravillosa Creación, que es todo un ejemplo: Sin correr, sin apuro, porque todo tiene su tiempo.
Que tengas un bello y bendecido día.
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