Dios siempre cuida de nosotros, pues Él lo ha prometido.
Dios es fiel, pero debemos creer en sus promesas y tener la plena convicción de que escucha nuestras oraciones y nos responde conforme a su perfecta Voluntad.
Dios siempre está cerca de nosotros. Y cuando pensamos que ya no hay esperanza, porque nos estamos ahogando en un mar de problemas y nos gana la desesperación, Él extiende su mano y nos salva.
En Dios podemos confiar plenamente, porque Él nunca soltará nuestra mano.
Jesús es nuestra esperanza. Él escucha nuestro clamor.
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