He pasado cosas muy malas en esa vida, y últimamente, me han pasado tantas cosas, que ofendiendo a Dios y faltándole el respeto, le he pedido que me quite la vida, pues ya casi no aguanto más.
Pero, y después de pedirle perdón a Dios por mi estupidez, le he dicho que me de la paz, esa paz que solo Él puede dar, y que acepto su voluntad.
Y ahora, a pesar de mis muchos dolores, soy feliz, porque tengo una familia, a mi lado y que me cuida mucho, un hogar, que ya va a cumplir los 53 años, y amigos, que me han ayudado, con su oración, a saber llevar la cruz.