El día que la imagen de nuestra Patrona, la Virgen de los Ángeles bajó en helicóptero en la plaza de mi pueblo, me tocó hacer la bienvenida, no solo a Bendita Imagen, sino a los Sacerdotes y pueblo en general.
Me pulí bastante, me paré en el ambón del Templo, y lo hice.
Cuando terminó la Santa Misa e iba para mi casa, una pareja se me acercó y me dijo: ¡Qué orgulloso me siento de ser Sanrafaeleño y qué orgulloso me siento de haberlo escuchado a Usted.
En verdad me sentí muy bien.