Oración a la Virgen del Rosario.
¡Oh, Augusta Reina de las Victorias, Oh, Soberana del Cielo y de la Tierra, ante cuyo nombre se alegran los cielos y tiemblan los abismos! ¡Oh, Reina gloriosa del Rosario!
Nosotros, tus hijos devotos, derramamos los afectos de nuestro corazón, y con confianza de hijos te manifestamos nuestras miserias.
Del trono de clemencia donde te sientas como Reina, vuelve, oh, María, tu mirada piadosa sobre nosotros, sobre nuestras familias, sobre el mundo entero. Ten compasión de nuestras penas y trabajos, que amargan nuestra vida.
Mira, oh, María, cuántos peligros en el alma y en el cuerpo, y cuántas calamidades y aflicciones nos oprimen.
Oh, Madre, implora para nosotros, de tu divino Hijo, la misericordia y vence con la clemencia el corazón de los pecadores.
Son nuestros hermanos e hijos tuyos, que cuestan la sangre al dulce Jesús y entristecen tu sensibilísimo corazón.
Muéstrate a todos como eres: Reina de paz y de perdón. Amén y amén.
.
.