Sí, la tranquilidad no se negocia.
Con el tiempo aprenderás a frenar.
Aprenderás a no reaccionar cada vez que escuchas o ves algo que no te agrada.
Entonces, aprendes a retirarte, a evitar esos lugares o personas que te hacen sentir incómodo.
Y es así que comienzas a proteger tu paz.
Tu círculo se vuelve cada vez más pequeño, pero a su vez, más saludable. A esto yo le llamo inteligencia emocional.
Hay que aprender a elegir las batallas, pues no todo el mundo merece tu atención, menos tu compañía.
Y sí, "La tranquilidad no se negocia...".
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