Porque muchos creen poder soportar el yugo del matrimonio, y al ver que no pueden, pues optan por lo más sencillo: romper el vínculo matrimonial.
Y amigo, no sé en el tuyo, pero aquí en mi país, yo como Abogado y Notario, la Ley me autoriza a casar y a divorciar, y te cuento, que en el tiempo en que ejercí, ni casé ni divorcié.