Una vez, en segundo año del Colegio, que tenía 14 años de edad, me enamoré de mi profesora de Física, no tanto por su cuerpazo que tenía, sino por la forma tan especial con que me trataba, pues en mi casa éramos muy pobres y con costo tenía dinero solo para los pasajes y no para comer.
Ella lo sabía y me ayudaba, e incluso, en algunas ocasiones me llevaba a su casa, en donde conocí a su esposo, otro chavalazo, y ahí me daban de comer.
Cuando ella murió (murió al dar a luz a su segundo hijo), yo sufrí mucho.