El tiempo avanza. No es necesario, ir corriendo desenfrenadamente.
Cada día tiene su afán y el preocuparte, no dará soluciones oportunas.
En la quietud encontramos paz. Así que permanece un momento en calma, y en el silencio, eleva tus pensamientos en oración.
Tu perspectiva cambiará y tomarás decisiones prudentes.
Así que detente, ¿cuál es la prisa?
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