Te lo pregunto, porque:
Confiar no es fácil. Abandonarse a la voluntad de Dios, es difícil. Depositar en Él nuestras cargas y hacer como si nada estuviera pasando, es complicado.
Ciertamente es casi imposible confiar en alguien a quien no conocemos.
Por tanto, si queremos confiar en Dios, tenemos que darnos a la tarea de conocerlo.
Por medio de Su Palabra, nos damos cuenta de quién es Dios, de que Él no miente, y de que siempre cumple sus promesas, así como de que Él, responde en el momento preciso.
Además, también de que Él tiene el poder, para llevar a cabo todo, pues para Él, nada, pero absolutamente nada es imposible.
También, por medio del testimonio de otras personas, conocemos la grandeza de Dios.
"Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?" (Números 23, 19).
.