Jesús hoy quiere encontrarse contigo y te extiende la mano y te dice: “Ven a Mí.
Yo te perdono, ven a Mí. Yo te sano, ven a Mí. Yo te amo y quiero romper cadenas de tu vida, quiero cambiar el rumbo de tu existencia, quiero sanar tus heridas, quiero darte de beber del agua de vida, quiero alimentarte con la Eucaristía.
Ven a Mí y nunca más estarás solo,
Yo edificaré tu vida, tu casa y familia.
Yo te daré los tesoros de los cielos.
Ven, clama a Mí y yo te responderé.
Ven entra por esta puerta de la adoración, y tu vida cambiará.
Ven, no dudes más. No temas más. No te aferres a tu pasado. Ven, Yo borro todo. Yo hago todo nuevo.
Ven, no llores más. Ven, déjame secar tus lágrimas.
Yo quiero llevar tus cargas. Quiero quitar todo dolor y penas que has sufrido. Quiero darte Mi Mano amiga.
Quiero transformar tu corazón, darte santidad para que contemples al Padre del amor, hermoso y de la paz total.
Y yo digo: ¡Señor, Tú eres mi Todo, mi Dios y en los cielos y en la tierra sea amado y adorado el Corazón amoroso de Jesús sacramentado!
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