No negar a la tristeza, cuando viene a visitarme.
No contener las lágrimas, cuando se desbordan de mis ojos.
Reconocer que también tengo miedo, que a veces quisiera escapar de mí y de mis pensamientos, salir corriendo de mis límites.
Que a veces no me entiendo, ni entiendo nada en este mundo loco.
Que no tengo siempre la respuesta ni quiero tenerla.
Que no siempre puedo con todo.
Que sueño más de lo que duermo.
Que en ocasiones me abraza la melancolía, y no me sale la risa.
Y no lo escondo, ni lo ignoro, porque así puedo escuchar a mi alma, cada vez que me pide un abrazo.
Esto, esto también es sanar...
(Desconozco su Autor).
.