Todo en la vida, desde la meta más simple, requiere de esfuerzo y dedicación.
Nada es porque sí. Todo tiene un cómo, un cuándo, un dónde.
Si se mira de manera objetiva, hasta el dormir, requiere de una técnica, para que sea efectivo el descanso.
El secreto de la vida es éste: La vaca no da leche.
¿Qué dices?, preguntó incrédulo el muchacho. Tal cual lo escuchas, hijo: La vaca no da leche, hay que ordeñarla.
Tienes que levantarte a las 4 de la mañana, ir al campo, caminar por el corral lleno de excremento, atar la cola y las patas de la vaca, sentarte en el banquillo, colocar el balde y hacer los movimientos adecuados.
Ese es el secreto de la vida: la vaca, la cabra o la llama no dan leche. Las ordeñas o no tienes leche.
Hay una generación que piensa que las vacas dan la leche, que las cosas son automáticas, fáciles y gratis, o sea: deseo, pido y obtengo.
Pero la realidad es que al igual que la leche, la felicidad es el resultado del esfuerzo, y que la ausencia de esfuerzo, genera frustración e ignorancia.
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