Aquí, en Costa Rica, hace un calor de los diablos, y como estamos siendo azotados por ondas tropicales, hace un calor en la mañana, medio día, y en la tarde y noche, llueve hasta sapos.
Y aunque algunos no lo creen, yo me hidrato muy bien, con unas dos o tres tazas de café, claro, no seguidas, sino espaciadas y ya ahorita, como a las tres de la tarde, hora de mi país, me tomaré el café de la tarde, pues sin él no puedo estar.