Cuando temo fracasar, Señor, miro a Ti para que impidas que caiga.
Aun cuando no he hecho todas las cosas correctamente, sé que me das tu misericordia, tu amor y tu bondad, cada vez que me vuelvo a Ti.
Cuando siento que estoy cayendo, elevo mi mano hacia Ti para que me sostengas y me coloques en tierra firme.
Ayúdame, oh Dios de Misericordia, a no fracasar sino a tener éxito en todo lo que haga.
Bendice mi trabajo y mis relaciones, para que puedan prosperar y llevar mucho fruto y siempre glorificarte a ti. Amén y amén.
.