Vivimos con mucha prisa, muchas veces sin mirar a nuestro alrededor y no nos damos cuenta que en nuestro entorno hay mucha necesidad, muchos que precisan ayuda y muchos abandonados. Y sin embargo; pasamos de frente…
Dios tiene maravillas para cada uno de nosotros y son abundantes, en gran manera. Así que compartamos el pan con el necesitado, lo mismo que el mensaje de salvación, para la vida eterna.
Dichoso el que se preocupa por los demás, pues Dios lo librará del día malo.
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