Mira, no me acuerdo si yo lo hice o no, porque a mí, el muy desgraciado de Cupído, cuando vi por primera vez a la que hoy y después de casi 54 años es mi esposa, me disparó en el puro centro del corazón, pero ya ahora, con mejor razón que antes, te diría que no, que a la pareja nunca se le debe decir que es el amor de su vida, pues suena como a mentira.